***Fogata***
Sentía el peso de mi ojos, cada vez se cerraban a causa del sueño, podía sentir el cálido y agusto hombro de Orlando a mi lado, el por supuesto quiso estar a mi lado y quedarse a comer conmigo los malvaviscos quemados. Todos reían sentadas con algunas sabanas, otros en la parte de un árbol viejo caído, se centraron mas a poder platicar , todos estaban distraidos aveces algunas miradas se centraban en los dos, aunque yo no lo tome muy en cuenta ni Orlando, todos entendía que era una amistad muy buena.Aunque toda la tarde pude sentir la mirada de Diego en los dos, trataba de distraerme pero no podía, me quedaba ignotizada en la mirada de Diego, en un momento pude ver que sus ojos deslumbraban, ese color esmeralda y aceitunas que me cohibía.
-Ten una sabana, de seguro tienes frió.-me dijo Orlando con un risa distraida, mientras me acobijaba y me abrazaba.
-Gracias.-solté algunas risitas y mire otra parte.
Comenzo un silencio profundo,lo ultimo fue la sonora risa de Brandon, todos reímos. -Bueno chicos...........¿ahora quien quiere contar un buena historia de terror para no poder dormir?-Propuso Carlos algo risueño , pude notar esas finas arrugas en su sonrisa, hay el era el culpable de extrañar a mi padre todo me recordaba a el.
Todos gritaban queriendo contar historias ficticias, místicas e irreales, yo me tape los oídos esperando el momento de escuchar esas tontas historias. No era cobarde, bueno si lo era, odiaba las historias de terror desde pequeña no podía dormir después de una semana.
-¡Yo la cuento!-Grito Miguel, todo alegre y animado-Anda Carlos, yo quiero contar esta historia, todo el año busque el mejor cuento de terror para este día.-Bajo la cabeza y empezó a patear los piedras.
-Bueno, ven sientate en medio y cuentanos.-sonrió Carlos y aplaudió
.
-Uum Orlando... ahora vuelvo.-me moví rápidamente antes de que empezara la historia.
-¿No quieres que vaya contigo?-pregunto Orlando confundido.
-No tu disfruta la historia ahora vuelvo.-sonreí y salí corriendo de la fogata, no sabia exactamente adonde ir mientras que la contaban, quería arrastra a Sam para que escapara junto ami, pero la vi tan entretenida que ni me vio.
-Hija ven y sientate empieza la historia.-me comento Carlos.
-uum quiero ir a la cabaña que estaba junto a los baños ¿puedo? -Mentí, y de seguro supo por que.
-Claro pero no tardes-sonrió y se sentó.
Me apresure para que nadie me viera salir, a poca distancia estaba la pequeña y vieja cabaña de los baños, era muy linda, estaba muy bien iluminada, había unos escalones y esa gran de luz plateada.No sabia con que entretenerme lo mejor seria contar los segundos y sentarme, suspire y conté absurdamente segundo tras segundo, 1.......2......Esta que alguien apareció desde el norte, una esbelta figura y muy familiar, claro estaba era mi ángel imposible.Diego.Se dirigía hacia mi, yo como si no lo hubiera visto y seguí con mi absurdo conteo.
-La primera persona que le tiene miedo a los cuentos de terror de Miguel.-Soltó un sonora carcajada, una melodía perfecta, pero en este momento me enoje demasiado.El siguió caminando hasta llegar ami con una sonrisa perfecta haciendo que sus labios carnosos formaron una silueta,
se sentó en los escalones, muy cercas de mi,y sonrió otra vez.Esta vez lo odiaba mas de lo normal.
-Claro que yo no le tengo miedo a los cuentos de terror-le asegure, aunque sin embargo mentía.
-A entonces ven-En una fracción de segundo se levanto y agarro mi mano, no me importaba a donde me llevara yo confiaba plenamente en el, como una tonta enamorada.Pero esta vez tenia que soltarme de su suave mano.
-¡Sueltame ya!-le grite, aunque hiciera algun movimiento no podía despegarme de su mano.Nos dirigimos al inmenso bosque cauteloso, veía a todos lados a donde nos dirigíamos, aunque no tenia miedo al estar con el.
-Ya llegamos.- en su semblante era relajado y sonriente.
-¿Donde estamos?-pregunte asustada viendo a todas partes, no le temía a las cosas irreales, pero si a los animales peligrosos que nos podrían atacar.-¿¡Dime donde estamos!?
-Bueno aquí dicen que merodean varios osos, hasta pumas.-me aseguro sonriente.-bueno eso dijo Miguel.
-¡¿Que quieres que nos coman unos rabiosos osos?!-le pregunte tan asustada que sentí como mis piernas temblaban.
Se hizo un enorme silencio,Diego seguía conmigo relajado como siempre, mientras yo como una tonta asustada,a el como que le daba igual si nos atacaban salvajes animales.Hasta que se escucho un movimiento cercano, no era yo, ni Diego.
-¡AAAAAAH!-Grite tan profundo y me puse en brazos de Diego, lo abrace fuertemente tapadome de todo moustro, como una pequeña niña cubriéndose en brazos de alguien.Podía oler su perfume.Me sentía muy agusto estando abrazada de el.
-¡¡Ja-ja-ja!!-ese era Diego riéndose, no era verdad que un animal estuviera cercas, soltó otra carcajada y me siguió abrazando fuertemente-Hay no, esto nunca falla.-siguio riendose.-Hubieras visto tu cara.
-¡Tonto!-me aleje de su abrazo y le di un buen empujon.-¡Tarado!-me fui corriendo tan enfadada y enojada tenia ganas de darle un buen golpe, que deberas le doliera.
-¡Espera Camilla!-me suplico Diego.-Tan pronto como grito me alcazo, me quede soprendida corria muy rapido.-Por favor esperame.
-¿Para que? ¿para que otra vez me asustes?
-Perdon, jaja pero queria saber si tenias miedo eso es todo.-me sonrio y me pidio disculpas otra vez. Aunque fue demasiado sincero, seguia enojada con el.
-¿Y si un animal nos hubiera atacado eeh?. Deberas que tu no piensas en el peligro.-le dije todavia agitada a causa de correr.
-No dejaria que un animal te atacara Camilla.-me dijo dulcemente, asi como la miel sumergida en su voz.-No dejaria que te pasara nada, lo juro.-me parecio tan dulce de su parte, en ese momento ni una pizca estaba enojada.-Espero que me perdones-me menciono otra vez.
-Bueno- dije algo entrecortada, no podia mencionar bien las palabras cuando veia sus ojos fijamente.-Vamos de vuelta a el campamento.-le dije.
-No, no espera hay que quedarnos en los escalones de la cabaña todavia siguen con esa tonta historia de terror.-y me dirigio hacia la luz plateada.
-No ya no importa, ya estoy demasiado asustada, hasta ni me daria miedo esa historia.-le asegure a Diego.Auque sin embargo me arrepenti de haber dicho eso, el me miro algo asustado y bajo la mirada.-Bueno, tienes razon todavia sigue siendo una historia de terror,hay que sentarnos.-le dije sonriendo.
-Enserio perdon...-seguia con la mirada abajo mirando el suelo.Me dolia verlo asi,preferia verlo con su sonrisa burlona.
-Deja de tanto decir perdon, enserio estoy bien.-le asegure con una sonrisa,subio su mirada y se quedo en mis ojos,por un buen rato nos miramos fijamente, me sonrio y yo a el.Queria que este momento se hubiera quedado asi por lo menos una hora.Sus ojos eran algo imposible en comparar, unos ojos verdes dulces, sentia que derretia mi corazon en cada palpitar.
-No deberias tener miedo a las tontas historias irreales que dicen camilla, son puras mentiras, nunca tengas miedo.-Dijo eso tan dulce, mientras acariciaba el mechon de mi cabello que estaba cercas de mi cara.
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